Uno de los cambios que se han suscitado en nuestro país en los últimos años, es el creciente interés e involucramiento en la vida política nacional por parte del pueblo venezolano. Lo antagónico a lo que sucedía en los gobiernos de la cuarta república en donde el pueblo era ajeno y lo mantenían alejado de la política.
Una frase que hemos escuchado y que se le atribuye a los políticos de partidos como AD o COPEI, dice: “No te metas en política que eso es muy complicado, déjanos eso a nosotros…”, obviamente, esta frase devela la esencia del esquema representativo que defendían, defienden y representan estos seudo lideres: mantener lo más distante y desinformado posible al pueblo de lo que acontece en la política nacional, y así tener vía libre para manejar el país y sus recursos a placer, como ha sido en la historia de la cuarta república.
Para dar un ejemplo de esta situación, podemos recordar el Golpe de Estado de Abril de 2002, cuando el histórico poder oligárquico que gobernó y sometió con balas a este país antes de la llegada de la Revolución Bolivariana, teniendo armado un plan casi perfecto, logró apoderarse del gobierno durante 48 horas, destruyendo de un plumazo todo lo construido en favor de la clase más desposeída, vulnerable y siempre abandonada. Pero, fue precisamente el pueblo llano, como protagonista de la nueva realidad política que vive nuestra República, el que retomó el Orden Constitucional asaltado por un golpe fascista que jamás debemos olvidar.
Debido a acciones como éstas, el Comandante Chávez ha sido incansable en su propósito de involucrar al pueblo en la política, que sea este el protagonista en la creación de las políticas públicas y nacionales (pueblo legislador); en este afán ha ideado instancias de Poder Popular como lo son los Consejos Comunales, figura política que posee sustento jurídico.
La constante comunicación del Presidente con el pueblo, ha generado un impacto en el papel que juega el venezolano en la política nacional: ha propiciado la educación política en el pueblo y su organización.
Por lo anterior, podemos decir que, es el Pueblo mismo el responsable de su propio destino y es quien en definitiva debe llevar las riendas de este país. El pueblo debe jugar un papel protagónico en lo político, en lo social y en lo económico, tal como lo establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su articulo N° 70. Nadie más que el mismo pueblo sabe los problemas que afronta, como abordarlos y como solucionarlos, pero para que esto suceda hace falta un Estado que le suministre las herramientas, por lo que éste también juega un papel importante en esta transición. Esto representa la base de la Democracia y el Socialismo, poder para el pueblo.
Hace falta seguir luchando, seguir pujando para que la participación del pueblo en el ejercicio de su soberanía sea “protagónica”, pero se debe tomar en cuenta que esta tarea no es ni será fácil, más aun, en un país cuyo Estado históricamente, ha sido y se mantiene burocrático y corrupto, producto de las políticas capitalistas y enajenadoras aplicadas a la sique de nuestro pueblo.
Lo que si es innegable, es que el pueblo venezolano está abriendo los ojos, no es el mismo de antes. Conoce su Constitución, sus deberes, sus derechos y sabe que juega un papel vital en el acontecer político nacional.
A medida que el tiempo transcurra, el pueblo adquiera mayor madurez política y logre deshacerse de los viejos esquemas políticos representativos, el cambio será irreversible. Allí podremos decir que se han sentado las bases para la construcción de una nueva patria libre, soberana y socialista, donde el ciudadano postmoderno sea el protagonista, el que decida su propio destino, el que garantice que su pueblo tenga igualdad de derecho, que se indigne al saber que intentan violentar la soberanía de su patria y se mantenga firme luchando contra ello y que realmente tenga conciencia de clase. Será este ciudadano postmoderno quien realmente viva en socialismo, y podrá Vivir Viviendo.
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