lunes, 12 de marzo de 2012

LOS ACUEDUCTOS EN LAS COMUNIDADES RURALES


Desde el inicio de las poblaciones han existido servicios que se consideran fundamentales, tales como: la electricidad, el gas y las aguas servidas, este último se considera primordial para el desarrollo de cualquier asentamiento humano. En las poblaciones este vital líquido se distribuye a través de los acueductos que no son más que sistemas o conjuntos de irrigación que permite transportar agua en forma de flujo continuo desde un lugar en el que está accesible en la naturaleza, hasta un punto de consumo distante. Cualquier asentamiento humano, por pequeño que sea, necesita disponer de un sistema de aprovisionamiento de agua que satisfaga sus necesidades vitales. La solución más elemental consiste en establecer el poblamiento en las proximidades de un río o manantial, desde donde se acarrea el agua a los puntos de consumo.




Otra alternativa consiste en excavar pozos dentro o fuera de la zona habitada o construir aljibes. Pero cuando el poblamiento alcanza la categoría de auténtica ciudad, se hacen necesarios sistemas de conducción que obtengan el agua en los puntos más adecuados del entorno y la aproximen al lugar donde se ha establecido la población. Estos mecanismos datan de miles de años atrás, de las primeras poblaciones del próximo Oriente, Grecia y Roma. Aunque existían precedentes en las civilizaciones antiguas del Próximo Oriente y los ingenieros griegos habían construido conducciones eficientes, los ingenieros romanos, fueron los que pusieron a punto técnicas que se pudieron generalizar por todas las ciudades del Mediterráneo. La mayor parte del recorrido del agua se hacía por canales, en general cubiertos, que se construían por las laderas de los montes, y se situaban cada cierto tiempo cajas de agua o arcas de agua, pequeños depósitos que servían para regular el caudal o descartar los sólidos, normalmente arena. Las soluciones aplicadas a los acueductos romanos se siguieron usando sin modificaciones hasta el siglo XIX. En el siglo XX, los progresos en la producción de cementos, el armado del hormigón con acero, los nuevos materiales y técnicas en la construcción de tubos y la posibilidad de construir potentes estaciones de bombeo revolucionaron las conducciones de agua y simplificaron su adaptación al terreno. Aunque actualmente existes grandes mecanismos de distribución continua de agua como: represas, embalses, plantas de potabilización entre otras, que surten a grandes ciudades y poblaciones del mundo, es casi imposible comprender, como en pleno siglo XXI existan asentamientos o pequeños caseríos que no cuenten con su propio sistema de acueducto, o un medio digno del cual puedan surtirse del vital líquido, podemos decir que existen diversos factores que hacen que estos mecanismos no sean las principales estructuras a construir al momento de establecer una población tales como: la falta de planificación, en cuanto a la zona donde se pretende edificar, lo difícil de llegar al lugar o los bajos recursos con los que cuenten los pobladores, sin embargo el servicio de acueductos así como el de la electricidad y otros fundamentales para la vida digna de cualquier ciudadano es considerado competencia de las autoridades nacionales, estatales y municipales de cada localidad. Sabemos que se han hecho trabajos infinitos en todo el mundo para poder llevar el agua a cualquier rincón donde existan casas habitadas, pero sin embargo no ha sido suficiente el trabajo realizado, por lo que es necesario el apoyo de la comunidad organizada para poder desarrollar rápidamente los proyectos de plantas o tanques de distribución de agua continua así como la concientización en cuanto al ahorro y buen uso de mismo y lograr de esta manera solventar esta gran necesidad que aqueja a miles de comunidades en todo el mundo.
AUTORES: Abril Andrea, Aponte Fabiola, Salavarria Bryan, Sulbarán Ysnardo

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