La desigualdad de géneros se manifiesta principalmente con opresión, discriminación y maltrato. Además, está estructurada por distinciones sociales y culturales, que las convierte en rangos de poder, estatus e ingresos. Dicha situación se ha venido debilitando por la lucha feminista contra el dominio del hombre en espacios que muy bien puede desempeñar una mujer. Para ellas no es una pelea solo por el poder en los ámbitos laborales, sino que también permite su liberación sicológica. Ya no tener que sufrir las represiones de ama de casa, sin voz ni voto para nada que no fuera el hogar, obteniendo así un papel importante en la sociedad actual.
Tanto los hombres como mujeres, tienen las mismas posibilidades de trabajar, estudiar, manejar el hogar y obtener escalafones en lo político y social. Sin embargo, todos estos cambios radicales han venido acompañados de modificaciones jurídicas en favor de la mujer. En los países de Latinoamérica una de dichas modificaciones es la reconocida Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, creada en la Republica Bolivariana de Venezuela para lograr así una afirmación de sus derechos políticos, humanos y sociales, respetando su dignidad y su valor.
Para el hombre, la igualdad de género no ha sido fácil de asumir ya que consideraba a la mujer como inferior a él, esto creó una situación muy difícil de asumir para ellos.
Por otro lado, también fue creado ONU Mujeres, organización latinoamericana que vela por la integridad y seguridad de la mujer, dando más fortaleza a la igualdad de género y al empoderamiento de la misma. Dicha organización formo parte de la reforma de la ONU, dando un paso gigantesco en la historia del derecho de las mujeres a ser libres en su toma de decisiones.
A pesar de todas las leyes, estatutos y organizaciones, la desigualdad de géneros esta muy arraigada en nuestra sociedad. En muchos países, no consiguen un trabajo decente y hasta no se les permite estudiar, son victimas de discriminación y violencia. Sin embargo, existen organizaciones gubernamentales y no gubernamentales que mantienen una ayuda constante para este tipo de problemáticas, generando un espacio de luz y esperanza para millones de mujeres en el mundo.
La escritora del Diario de los Andes, en su espacio “Palabra de Mujer”, María Angustias Bertomeu, expreso que la participación de las mujeres en las estructuras institucionales tiene aristas, que van haciendo difícil el recorrido a través de “lo político”. Transitar entre los mecanismos ya establecidos de participación en las instituciones, partidos, empresas, etc., presenta una dificultad añadida para las mujeres pues son estructuras creadas inicialmente para servir a los intereses de un grupo de ciudadanos varones y representantes de una burguesía emergente.
Bertomeu también establece que esta cultura de relación androcéntrica permanece en el espíritu y en las formas de las organizaciones actuales mostrando una gran incapacidad para reformarse adaptándose a las nuevas realidades sociales.
Las mujeres no se han dejado vencer, cada día son más las que enfilan para optar a cargos importantes en la política, tanto que actualmente existe en América
Latina tres presidentas: Dilma Rousseff (Brasil); Laura Chinchilla (Costa Rica) y Cristina Kirchner (Argentina).
Autores: Arianna Hernandez, Keilys Rivero, Luis Hernandez
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