lunes, 12 de marzo de 2012

ASENTAMIENTOS INFORMALES



Los centros urbanos son cada vez más grandes y el desplazamiento de personas a estos es más frecuente. Estas individuos en buscan una mejor calidad de vida se concentran en las ciudades en mayor proporción de lo que crece la infraestructura de la misma, lo que ocasiona que se concentren en lugares frágiles de la ciudades donde pueden levantar sus hogares, lo que se conoce comúnmente como “Asentamientos informales”.

Las metrópolis concentran la mayor cantidad recursos, ellas son la causa de la peor discriminación de la humanidad, donde un ente gubernamental toma a una ciudad por la mayoría de población y concentra la mayor parte de sus recursos asignados en ella, con el tiempo causa que los entes gubernamentales se refieran a estas ciudades como el total de población, esto ocasiona la desaparición de pequeños asentamientos debido a que para ellos, el acceso sus servicios básicos (agua potable, electricidad, recolección de basura, etc.) se vuelve mas difícil.


Los asentamientos informales o precarios cercanos a las ciudades son la solución que los individuos han encontrado a este problema de una vivienda asequible, y estos pueden definirse como asentamientos que carecen de derechos de propiedad, y constituyen aglomeraciones de viviendas de una calidad por debajo de la media, sufren carencias de infraestructuras básicas, de servicios urbanos y equipamientos sociales y/o están situadas en áreas geológicamente inadecuadas o ambientalmente sensibles. 

Las personas que habitan estos sitios rurales se ven obligadas a desplazarse a los centros urbanos en busca de mejor calidad de vida, derechos como a la educación, a la atención médica o a un transporte público son muy difíciles de encontrar fuera de la ciudad.

Estos desplazamientos masivos ocasionan un crecimiento descontrolado y desmedido que termina en una gran desorganización de las ciudades, debido a esto comienzan a formarse asentamientos informales estableciéndose en los lugares más frágiles de la ciudad, por lo general en sus adyacencias, estas se van acrecentando continuamente hasta convertirse en una entidad social regida por leyes establecidas por sus habitantes, tal es el ejemplo de las conocidas “Favelas” en Rio de Janeiro Brasil. 

En 2004, Río de Janeiro tenía en su territorio 750 favelas, que representaban un área total de 42,89 km². Durante los cinco años anteriores, el área de ocupación de asentamientos informales creció en un 3,5%.1 De acuerdo con esa misma fuente, en el período 1999/2004 hubo 356 favelas que mostraron un crecimiento de área (un 47,47%), 351 favelas que no alteraron la superficie ocupada (46,80%) y 43 que mostraron algún porcentaje de reducción (5,73%) debido al trabajo de organismos oficiales para mejorar la calidad de vida de los pobladores. Sin embargo, una investigación del Instituto Municipal de Urbanismo Pereira Passos (IPP) difundida en enero de 2009 afirma que Río de Janeiro tiene 968 favelas, que representan un crecimiento de tres millones de metros cuadrados en una década.
Estos asentamiento al ser regidos por sus propias normas son propensos a actos ilegales como son el vandalismo, la delincuencia, violencia intrafamiliar, etc. 

Las personas que residen en los asentamientos precarios viven con un miedo permanente. Miedo al desalojo forzoso y la indigencia, a la violencia, a las enfermedades, a vivir atrapados para siempre en asentamientos infectos porque sus voces nunca son escuchadas y porque se les excluye de las sendas para salir de la pobreza.

La negación de su derecho humano a una vivienda adecuada es la consecuencia directa de las políticas gubernamentales y la indiferencia oficial hacia los pobres de zonas urbanas. Los asentamientos informales, que siguen proliferando, han sido excluidos de los procesos de planificación urbanística y elaboración de presupuestos.

La provisión estatal de viviendas decentes de bajo coste ha sido sacrificada para primar la obtención de mayores beneficios con la construcción de viviendas de calidad superior. El resultado es una escasez de viviendas a precios asequibles que se traduce en la negación de los derechos de millones de personas.

AUTORES: José Sarabia, Darío Manzano 

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